ADORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

"VENID A ADORAR A CRISTO"

Puesto que Cristo mismo está presente en el sacramento del Altar es preciso honrarlo con culto de adoración. "La visita al Santísimo Sacramento es una prueba de gratitud, un signo de amor y un deber de adoración hacia Cristo, nuestro Señor"

(CEC 1418)

La celebración y adoración de la Eucaristía nos permiten acercarnos al amor de Dios y adherirnos personalmente a él hasta unirnos con el Señor amado. El ofrecimiento de nuestra vida, la comunión con toda la comunidad de los creyentes y la solidaridad con cada hombre, son aspectos imprescindibles de la logiké latreía, del culto espiritual, santo y agradable a Dios (cf. Rm 12,1) en el que toda nuestra realidad humana concreta se transforma para su gloria. (De SACRAMENTUM CARITATIS del Santo Padre BENEDICTO XVI)

ADORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO: Los primeros viernes de mes de 18 a 19 y los jueves a las 20. 

ADORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO PARA JÓVENES: Primer viernes de mes a las 20.30.

 

MI VISITA AL SANTÍSIMO

Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre mía:

Medianera de todas las gracias, a ti debo la gracia de

estar yo aquí en presencia de tu Divino Hijo. Pongo a

tus pies mi pobre oración para que Jesús la reciba

como venida de tus propias manos, y así, mis ruegos

sean agradables a sus divinos ojos.

San José, primer adorador de Dios, Humanado,

intercede por mí!

 

Actos de Adoración

 

Respuesta: ¡TE ADORO JESÚS MÍO!

Vengo, Jesús mío, a visitarte.

Te adoro en el Sacramento de tu amor.

Te adoro en todos los Sagrarios del mundo.

Te adoro, sobre todo, en donde estás más abandonado

y eres más ofendido.

Te ofrezco todos los actos de adoración que has

recibido desde la institución de este sacramento

y recibirás hasta el fin de los siglos.

Te ofrezco principalmente las adoraciones de tu Santa Madre, de San José y de las almas más enamoradas de la Eucaristía.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era

en un principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén

Ángel de mi Guarda, vé y visita en mi nombre todos

los Sagrarios del Mundo. Dí a Jesús muchas cosas que yo no sé decirle, y pídele su bendición para mí.

 

Actos de fe

 

Respuesta: ¡JESÚS MÍO, YO CREO EN TÍ!

Creo, Jesús mío, que eres el Hijo de Dios vivo, que has venido a salvarnos. 

Creo que estás presente en el augusto Sacramento del Altar. 

Creo que estás por amor a mí en el Sagrario, noche y

día. 

Creo que has de permanecer con nosotros hasta que se acabe el mundo.

Creo que bendices a los que te visitan y que atiendes los ruegos de tus adoradores.

Creo que eres el Viático de los moribundos que te

aman, para llevarlos al Cielo.

Creo en Tí, y creo por los que no creen.

 

COMUNIÓN ESPIRITUAL

 

Señor Jesús, creo firmemente que estás en el

Santísimo Sacramento. Te adoro como Dios

verdadero, aquí oculto. Por mis pecados te pido

perdón. Y porque te amo sobre todas las cosas, deseo recibirte espiritualmente en este momento.

Habiéndome unido a Tí, te doy gracias y me someto

eternamente a tu Santa Voluntad. 

 

Actos de esperanza

 

Respuesta: ¡EN TÍ CONFÍO, SEÑOR!

Espero en Tí, Jesús mío, porque eres mi Dios, que me

has creado para el Cielo. 

Espero en Tí, porque todo lo he recibido de tu bondad.

Sólo lo malo es mío.

Espero en Tí, porque eres mi Redentor. 

Espero en Tí, porque eres mi Hermano y me has

comunicado tu Filiación Divina.

Espero en Tí, porque eres mi Abogado e intercedes

por mí ante Dios Padre. 

Espero en Tí, porque eres mi Intercesor constantemente en la Eucaristía.

Espero en Tí, porque me has conquistado el Cielo con

tu Pasión y Muerte.

Espero en Tí, porque reparas mis deudas.

Espero en Tí, porque eres el verdadero Tesoro de las

almas. 

Espero en Tí, porque eres tan bueno, que me pides que confíe en Tí.

Espero en Tí, porque siempre me atiendes y me consuelas,

y nunca has defraudado mi esperanza.

Sagrado Corazón de Jesús, en Tí confío

 

Actos de caridad

 

Respuesta:¡JESÚS MÍO, YO TE AMO!

Te amo, Jesús mío, y te amo con todo mi corazón y

como a nadie.

Porque Tú me amas infinitamente.

Porque Tú me has amado desde la eternidad.

Porque Tú has muerto para salvarme.

Porque Tú me amas tanto que no podrías amarme

más.

Porque me haces participante de tu Divinidad y quieres que lo sea también de tu Gloria. 

Porque te entregas del todo a mí en la Comunión.

Porque me das en manjar tu Cuerpo y en bebida tu

Sangre.

Porque estás siempre por amor a mí en la Santa Eucaristía.

Porque me recibes siempre y nunca me rechazas.

Porque eres mi mejor Amigo.

Porque me colmas de tus dones. 

Porque me tratas siempre con misericordia a pesar de

mis pecados e ingratitudes. 

Porque me has enseñado que Dios es mi Padre y que

me amas mucho.

Porque me has dado por Madre a tu propia Madre.

Dulce Corazón de Jesús, haz que te ame cada día más.

Dulce Corazón de Jesús, sé mi Amor.

Te amo por los que no te aman;

Te amo por los que nunca piensan en Tí;

Te amo por los que no te visitan;

Te amo por los que te ofenden e injurian.

¡Qué pena por todo esto!

Te amo y te digo con aquél tu siervo: "¡Oh, Jesús, yo

me entrego a Tí para unirme al amor eterno, inmenso

e infinito que tienes a tu Padre Celestial! ¡Oh, Padre

Adorable! Te ofrezco todo el amor eterno, inmenso e

infinito de tu amado Hijo Jesús". (San Juan Eudes.)

 

Actos de gratitud

 

Respuesta:

¡GRACIAS, SEÑOR, POR TODOS TUS BENEFICIOS!

¡Oh, Jesús, te doy gracias por los beneficios que me has concedido!

Yo no sabré nunca apreciarlos si no en el Cielo, y allí

te los agradeceré eternamente.

Padre Celestial, te los agradezco por tu Santísimo Hijo Jesús.

Espíritu Santo, que me inspiras estos sentimientos, a 

Tí sea dado todo honor y toda gloria.

Jesús mío, te doy gracias, sobre todo, por haberme

redimido.

Por haberme hecho cristiano, mediante el Santo Bautismo,

 

cuyas promesas renuevo.

Por haberme dado por Madre a tu propia Madre.

Por haberme dado un gran amor a tanta tierna Madre.

Por haberme dado por protector a San José, tu padre

adoptivo.

Por haberme dado el Angel de mi Guarda.

Por haberme conservado hasta ahora la vida para

hacer penitencia.

Por tener estos deseos de amarte, de vivir y morir en

tu Gracia.

 

Actos de Contrición

 

Respuesta:

¡JESÚS MÍO, MISERICORDIA!

Jesús mío, te pido perdón por los muchos pecados que he cometido durante mi vida.

Por los de mi niñez y adolescencia. 

Por los de mi juventud.

Por los de mi edad adulta.

Por los que recuerdo y no recuerdo.

Por lo mucho que te he ofendido por ellos.

Por lo mal que me he portado contigo.

Siento mucho el haber pecado.

¡Perdóname, Señor Jesús!

Perdóname según tu gran misericordia.

Perdóname por lo ingrato que he sido para Tí.

Perdóname y no quieras acordarte ya de mis pecados.

Perdóname y limpia mi alma de tanta miseria e infidelidad.

Perdóname y ten misericordia de este pobre pecador.

Perdóname, que estoy muy arrepentido.

Perdóname, que quiero ser bueno en adelante con tu

gracia.

Perdóname, y aparta tu rostro de mis ingratitudes.

Perdóname, que me causan mucho dolor mis pecados.

Perdóname, porque me reconozco pecador.

Perdóname, porque no obstante, Tú sabes que te

quiero mucho.

Jesús, sé mi Salvador.

María, Madre mía, intercede por mí ante tu Divino

Hijo Jesús.

Dulce corazón de María, sé mi salvación.

 

Actos de súplica

 

Respuesta:

¡TE RUEGO, JESÚS MÍO!

Te ruego, Jesús mío.

Que no me dejes, porque me perderé.

Que me persevere siempre en tu Amor.

Que estés siempre conmigo, sobre todo cuando esté en peligro de pecar y en la hora de mi muerte.

Que jamás permitas que me aparte de Tí.

Que sepa padecer con resignación por Tí.

Que no me preocupe si no de amarte.

Que ame también a mi prójimo.

Que ame mucho a los pecadores.

Que ame mucho a los necesitados y a los enfermos.

Te ruego, Jesús mío, que ampares:

a tu Santa Iglesia

al Romano Pontífice, tu Vicario visible en la Tierra.

A los Obispos y sacerdotes.

A los Religiosos y Religiosas

A los que mandan en tu nombre.

A nuestra querida Nación.

A mis amados familiares y allegados.

Que premies a mis bienhechores.

Que favorezcas a los que ruegan por mí.

Que bendigas a los que me traten con indiferencia o

no me quieran.

Que trabaje mucho por Tí, hasta mi muerte.

Que me concedas una muerte santa.

Que digas al morir: ¡Jesús, María, salvad el alma mía!

Que me lleves al Cielo cuando muera.

Amén.

 

VISITA A JESÚS SACRAMENTADO

 

Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombres,

estás de día y de noche en este Sacramento

lleno de piedad y de amor,

llamando y recibiendo a todos los que vienen a Tí:

Creo que estás presente en el Pan Consagrado

oculto en este humilde Sagrario.

 

Te adoro desde el abismo de mi nada

y te doy gracias por todo lo que Tú me has dado;

- te doy gracias de un modo especial,

por haberte dado Tú mismo a mí en este Sacramento;

- te doy gracias por haberme dado por Madre

espiritual a tu propia Madre;

- Te doy gracias por haberme llamado a tu Presencia

para estar ahora aquí, junto a Tí.

Adoro tu Divino Corazón;

De quien proceden tus amorosos dones;

- y desde aquí quiero adorarte en tu presencia

Eucarística, que envuelve toda la tierra.

Jesús mío, te amo de todo corazón;

Me arrepiento de haberte ofendido.

Prometo serte fiel en adelante;

- Y... miserable como soy

Me consagro todo a Tí:

Te entrego mi voluntad, mis afectos,

mis pensamientos, y todas mis cosas;

- Haz lo que quieras de mí y de todo lo mío;

Sólo te pido y deseo tu infinito amor,

y tu ayuda para cumplir siempre la voluntad de Dios

y perseverar así hasta el final de mi vida.

Amado Salvador mío, uno mi corazón a tu Corazón,

y así reunidos los ofrezco al Eterno Padre,

en amorosa oblación y entrega total. Amén.

 

San Alfonso María de Ligorio

 

 

ORACIÓN FINAL

 

 

Jesús mío, dame tu Bendición antes de retirarme y

que el recuerdo de esta visita que acabo de hacerte,

permanezca en mi memoria y me anime a amarte más

y más. Haz que cuando vuelva a visitarte, vuelva más santo. Aquí te dejo mi corazón para que te adore constantemente y lo hagas más agradable a tus divinos ojos.

Adiós, Jesús mío.

Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre mía, que

por tu intercesión he alcanzado la gracia de realizar

esta adoración, concédeme que pueda repetirla

todos los días de mi vida.

San José, Patrono de la Iglesia Universal, ruega por

nosotros.

 

 

¡JESÚS, MARÍA, OS AMO: SALVAD LAS ALMAS!

 

 

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