HISTORIA DE LA CASA DE LA CALLE ARROYO 909-925
( HOY PARROQUIA MADRE ADMIRABLE)

1918 - 1920

Los abuelos de la Sra. Concepción Unzué de Casares (una de las donantes del Asilo Unzué de Mar de del Plata) dejaron un testamento en el que obligaban a sus herederos a erigir en su memoria, una obra a favor de los pobres.

Hacia fines de 1918, la Sra. de Casares pidió a la superiora del Asilo Unzué, Hna. Marie Eugène du Sacre Coeur, que la ayudara en la fundación de una Escuela - Taller para niñas pobres en su Parroquia de Nuestra Señora del Socorro, en Buenos Aires.

Ya en 1913, las Hermanas Franciscanas Misioneras de María (F.M.M.) tenían el deseo de tener una casa en el centro de Buenos Aires. La Sra. de Casares había dicho que ella construiría la capilla y la Sra. de Alvear se ocuparía de los talleres.

Al no encontrar una casa apropiada para iniciar la Escuela - Taller, la Sra. de Casares apuraba a las Hermanas F.M.M para que se instalen en forma provisoria en la calle Las Heras 1725, y así se hizo. Luego se establecieron en la calle Potosí y también en la calle Avellaneda. Mientras tanto, la Sra. de Casares había comprado la casa de la calle Arroyo 909-925 para instalar definitivamente su obra, encargando a su ingeniero de hacer las transformaciones necesarias.

La fundación estaba aceptada por parte de las Religiosas, pero tuvieron algunas dificultades. Necesitaban mayor clarificación. La Sra. de Casares no quiere dar la casa al Instituto. El fin principal que ella se propone es fundar una Escuela Taller Parroquial. La Sra. de Casares insistía en que se le envíen religiosas aptas para la obra que ella deseaba. Y en este sentido hubieron dificultades.

En Marzo de 1920, llegó el Ministro General de la Orden de Frailes Menores (Franciscanos) que concedió una entrevista a la Sra. de Casares. Allí se habló de la fundación, de las condiciones y se elaboró un contrato que más tarde fue aprobado por las Franciscanas Misioneras de María.

La casa de Arroyo, que había pertenecido a la familia Pinedo, era bastante grande y tenía un lindo jardín. Para transformarla en Escuela-Taller para niñas pobres y darle en su interior un ambiente un poco más franciscano, hacía falta adaptar varias cosas. Esos cambios se fueron haciendo paulatinamente.

El 17 de Agosto de 1920, las Hermanas F. M. M. enviaron, desde Mar del Plata, a las Hermanas Rhabana y Casimira quienes tenían dos objetivos:
ayudar a cerrar la casa de la calle Avellaneda y, por otro lado, equipar y limpiar la casa de Arroyo. Para esta tarea, de noche volvían a dormir en la calle Potosí, la residencia de las hermanas.

El 9 de Septiembre de 1920, finalmente la Sra. de Casares permitió a las Hermanas que se quedaran un día y una noche en la nueva casa de Arroyo y completaran la instalación.

Así, las Hnas. Rahbana, Casimira y Modesta formaron la primera comunidad en “Mater Admirabilis”.

De a poco se fue formando el Taller con una joven interna llamada Felisa, que enseñaba bordado a las niñas que se iban acercando.

También se concretó un proyecto con las ex alumnas del Asilo Unzué de Mar del Plata: algunas estas jóvenes seguirían formándose en el Taller de la nueva casa de la calle Arroyo. Pero, dada la lejanía y otros obstáculos, el proyecto no prosperó.

Las Hermanas visitaban las familias pobres del barrio para invitar jóvenes para el Taller. Pero más de una vez las hermanas se preguntaban: “¿Qué haríamos con esta linda casa y sin niñas pobres?”. Mientras tanto las hermanas seguían ocupadas en instalarse en la Escuela-Taller que, según la Sra. de Casares, debía llevar el nombre de su abuela: Josefa Capdevila de Gutiérrez. Finalmente, la casa de la calle Potosí se cierra y las Hermanas pasan a vivir en Arroyo.

El 30 de octubre de ese año el Padre General de la Orden Franciscana bendecía la capilla provisoria y celebrara la primera Misa. Esa es la fecha que las religiosas consideran que debe tenerse como fecha de fundación de la casa. Recién en las vísperas de la Fiesta de la Inmaculada Concepción, se comenzó la construcción de la primera capilla.

1921 - 1930

En noviembre de 1921 se termina de construir la primera capilla que hizo edificar la Sra. de Casares.

La Escuela comienza a funcionar en 1921, con 22 alumnas y llega a tener un número que oscila entre 65 y 80 alumnas durante estos años. Una religiosa llamada Madre del Reposo fue la primera directora y maestra durante el período. Las niñas que lo desean, concurren por la tarde para aprender corte y bordado.

Esta escuela primaria gratuita “Josefa Capdevila de Gutiérrez” fue incorporada al Consejo Nacional de Educación desde su origen en 1921.

El taller de bordado, instalo desde la fundación, crece progresivamente y en 1925 cuenta con 87 jóvenes obreras. Las hermanas tratan de vender sus trabajos.

Luego de 9 años después de la fundación, las hermanas recogen los interrogantes que se han ido planteando en estos años y envían su evaluación la Consejo General. En ese momento se duda en permanecer en Arroyo y trasladarse a otra parte de la ciudad.

Por otro lado, la capilla queda chica y la Sra. de Casares desea construir otra más grande, pero quiere asegurarse si las hermanas van a permanecer allí.

La Sra. de Casares llevó el borrador del compromiso con la fundación de la casa de la calle Arroyo, fechado el 1º de enero de 1920, junto con el plano de la nueva capilla que se construiría en el lugar del antiguo garaje. Ambos papeles viajarían a Roma para su aprobación.

En ese compromiso se expresaba que:

1º) las religiosas F. M. M. tendrían la dirección y administración de la Escuela-Taller “Josefa Capdevila de Gutiérrez”.

2º) En dicha Escuela-Taller, las religiosas deberían tener a disposición 50 plazas como mínimo y educar gratuitamente a 50 niñas externas.

1931 - 1938

El año 1934 vio la llegada de la Madre General de las F.M.M que vino a la Argentina para el Congreso Eucarístico Internacional y para visitar las distintas casas de la Congregación.

El 31 de mayo de 1936, Monseñor Cortesi, Nuncio Apostólico, bendijo la piedra fundamental de la futura capilla. El 22 de Agosto de 1938, Monseñor Copello, Arzobispado de Buenos Aires, bendijo la nueva capilla de “Mater Admirabilis” y celebró allí la primera Misa.

Desde el principio del año escolar 1938, estaba terminada la entrada de la nueva escuela, el hermoso salón de actos y en el primer y segundo piso, las amplias aulas.

La comunidad religiosa fue aumentando paulatinamente hasta llegar a tener 35 hermanas.

La escuela agregó el 5 º y 6 º grado llegando a tener 140 niñas. También se iniciaron clases de dactilografía, con examen final que venían a tomar de las “Academias Pitman” para otorgar el certificado correspondiente.

Ya desde finales de 1925 estaba formada la Asociación de “Madres Cristianas”. Muchas de ellas, sobre todo al comienzo, eran madres de las niñas de la Escuela. Se reunían semanalmente, con catequistas laicas que les daban los temas. Estaban divididas en grupos diferentes pues llegaron a tener trescientas socias. Previamente tenían una hora de costura donde confeccionaban ropa para ellas y su familia. Todos los años realizaban su Feria Anual, donde podían adquirir elementos útiles para el hogar, comestibles o artículos de tocador con los bonos que obtenían por su asistencia a las reuniones.

1939 – 1950

La escuela tenía dificultad para aumentar el número de alumnas ya que las familias pobres se habían mudado a otros barrios más lejanos. Sin embargo hacia 1950, comenzó a funcionar el Jardín de Infantes.

Al contrario de la Escuela, la Capilla era muy frecuentada los domingos, día en que se celebran cuatro misas, incluida la de la Comunidad. Todos los días había dos misas. Hacia fin de 1942, se obtuvo el permiso de la exposición nocturna del Santísimo Sacramento, los primeros jueves del mes para rogar por las intenciones del Papa por la paz.

Desde mayo de 1946, se comenzó a reunir los días domingo, a las alumnas de la Escuela y del vecindario, permitiéndoseles pasar la tarde con diversiones entretenidas. Las Hermanas se ocupaban también de la preparación para la Primera Comunión.

El Taller de bordado y ropa interior fina ocupaba a jóvenes del interior, preferentemente estudiantes universitarias, aunque también había siempre alguna empleada. Se contaba también con un gran comedor y sala de estudio en planta baja y alrededor de cuarenta cuartitos, entre el tercer y cuarto piso. Era muy solicitado y estaba completo durante el año escolar. Dos Hermanas acompañaban a las jóvenes.

La “Obra de la sopa” para los hombres desocupados estaba instalada en el comedor adecuado, con al entrada particular por la calle Suipacha. Concurrían todos los días alrededor de noventa personas. Las hermanas encargadas se ocupaban de realizar una labor de acercamiento humano y religioso. Esto conducía a que algunos se prepararan para recibir el bautismo o el catecismo de Primera Comunión. Cada año, durante la Cuaresma, se realizaban charlas especiales para ellos. Esta obra asistencial va desapareciendo hacia mitad de 1947, en la medida en que las fuentes de trabajo eran una realidad y también, las leyes que amparaban al trabajador.

La Asociación de Madres Cristianas crecía y se ocupaba de la instrucción religiosa de 900 madres de familia de nivel popular. Concurrían en tres grupo, una vez por semana, y catequistas laicas, muchas de ellas ex –alumnas ayudaban a las Hermanas con las clases.

La Asociación de ex -alumnas también era pujante con numerosas socias. Publicaban una revista mensual, tenían a su disposición una biblioteca y podían concurrir a diversos cursos que se dictaban para ellas.

El cuarto piso del nuevo edificio de la “Casa de Obras” había sido terminado en 1940, y arreglado para el pensionado. Después se construyó encima de él un nuevo lavadero para la comunidad, dejando el anterior para las pensionistas. El subsuelo que antes era lavadero, fue transformado en comedor para los hombres de la “Obra de la sopa”.

Una vez que estuvo completamente terminada de la Casa de Obras, los planos para edificar sobre la vieja casa de Arroyo la nueva Casa Provincial de las Hermanas, fueron objeto de prolongados estudios, demorados por los inconvenientes de la guerra. En septiembre de 1948, se inició la reconstrucción. Esta nueva edificación comprendía un sótano, planta baja y dos pisos.

En septiembre de 1945, la casa “Mater Admirabilis” festejó su jubileo de plata, preparado con un solemne triduo. El cardenal Copello celebró una Misa el día de la fiesta. Por la tarde, Mons. José Fietta, Nuncio Apostólico, tuvo a su cargo un Te Deum y la bendición con el Santísimo.

1951 - 1955

Se han terminado dos de las tres etapas de la construcción. Por eso, en marzo de 1951, la Comunidad Religiosa puede instalarse en la nueva casa. En junio de 1952, se reanudan los trabajos para concluir la tercera etapa de la construcción, tareas que concluyeron en noviembre de 1953.

Por ese entonces la escuela gratuita tiene alrededor de 140 alumnas. El Jardín de Infantes es muy concurrido, con unos cincuenta niños de ambos sexos. Alrededor de unas sesenta niñas se quedan a almorzar y por la tarde reciben clases de labores. Desde 1952, los sábados no se dictan clases. Las hermanas aprovechan para enseñar manualidades a todas las niñas que quieran concurrir. Paulatinamente va creciendo el número de alumnas, y al concluir este período ya son más de 200.

En los primeros meses de 1952, comienza a funcionar el restaurante económico para empleadas de la zona, donde había funcionado el comedor de la “Obra de la Sopa”. Se ofrece almuerzo cada día en el horario de 12 a 13.30. De alrededor de ochenta y cinco personas que concurrían al inicio, de lunes a viernes, se pasa a los años siguientes a doscientas veinte.

El pensionado nuevo queda para empleadas y el antiguo, solamente para estudiantes universitarias del interior del país. Unas setenta señoritas universitarias y empleadas gozan de un ambiente propicio y seguro en la Capital.

La Capilla “Mater Admirabilis” es un lugar de irradiación. Son numerosas las personas que entran cuando el Santísimo está expuesto.

La casa cuenta siempre con mucho movimiento: retiros para Terciarios Franciscanos, conferencias, reuniones, cursos, etc.

La obra de las “Madres Cristianas”, tan en auge, comienza a declinar. Por un lado, se extendió a numerosas parroquias. Por otra parte, la política asistencial del Gobierno alcanza a los sectores más humildes.

El P. Crespi sj, fundador de las “Misiones Rurales” solicita la ayuda de algunas religiosas para dos misiones en el Delta del Tigre en febrero de 1954 pero desde 1947, durante los meses de verano, tres Hermanas F.M.M participan de las Misiones Rurales en la Patagonia.

El año 1955, la comunidad vivió momentos de gran tensión. Alojaron a unas cuarenta religiosas que fueron dejadas en la calle al desalojarlas de las obras dirigidas por la Sociedad de Beneficencia. La gran custodia utilizada para la exposición del Santísimo Sacramento fue guardada en lugar seguro durante 3 meses.

El 4 de octubre de 1955, fiesta de San Francisco, la Casa de “Mater Admirabilis” estaba desbordante de gente y de alegría. Desde la mañana, como un verdadero arco iris, apareció la Custodia que había estado escondida cerca de cuatro meses de tormenta.

El dia 5 de octubre estuvo señalado por la visita del Ministro de Asistencia Social y el día 6, por el Cardenal Copello. Luego llegó el Nuncio Apostólico

1956 - 1960

La acción misionera tomó un nuevo impulso. Las Hermanas participaron en la gran misión de Buenos Aires, visitaban barrios marginales de la Capital y del Gran Buenos Aires.

La escuela primaria gratuita llegó a tener a 250 niños y teniendo que tener doble curso para los dos primeros grados. El Jardín de Infantes se lo divide en dos secciones. Unos ochenta niños concurren mañana y tarde.

El Pensionado seguía completo. Entre cuarenta y cuarenta y cinco universitarias, aumentándose en número de empleadas a veinticinco cuando en 1958 se arreglaron piecitas suplementarias para acoger a ex -alumnas menores.

El restaurante económico era un servicio para numerosas personas pero con el paso de los años, de unas doscientas treinta personas, que concurrían diariamente, se disminuyó a ciento cincuenta. Se apreciaba el ambiente familiar, la biblioteca a la que podían acceder y la sala de descanso.

El Taller también iba disminuyendo. En 1956 había unas veinte obreras. En 1958, eran diez y otras diez trabajaban en sus casas; en 1959, se renuncia al funcionamiento del Taller.
Otros intentos de servicio a la mujer se dan estos años. Un curso nocturno de Escuela Doméstica para madres de las niñas; otro para las niñas mayores de la escuela, fuera del horario escolar. En 1957, se comienza una Academia, con diversos cursos y se suspende el año siguiente por falta de Hermanas. Los grupos de “Madres Cristianas”, que tanto auge tuvieron en otra época, seguían lentamente su eclipse. Las otras actividades con ex -alumnas y el catecismo, continuaron.

Las “Misiones Rurales” siguieron, pero además, desde enero de 1956, dos o tres Hermanas F.M.M iban a la Parroquia “Nuestra Señora de Fátima” ubicada en una barrida muy pobre de Villa Soldati. Otras dos visitaban regularmente la Villa 31 y trabajaban con el Padre Mujica.

1961 - 1966

La escuela “Josefa Capdevila de Gutiérrez” osciló entre 210 y 240 alumnas. Funcionaban ocho cursos para los siete años de escolaridad primaria completa. El Jardín de Infantes, mixto, contaba con unos ochenta niños entre las dos secciones. Gran parte de los alumnos del Jardín y del Primer grado provenían de un medio social alto. Pero pronto pasaban a escuelas pagas y los cursos superiores quedaba con menos niños.

El Pensionado estaba completo y era muy solicitado. Tenía capacidad para unas setenta jóvenes, la gran mayoría universitarias.
El restaurante femenino mantuvo la afluencia de ciento cincuenta personas diarias.

1966 - 1982

El Pensionado universitario se transforma en Pensionado de ancianas.

El número de Hermanas disminuía, la Escuela no respondía al fin para el cual fue abierta, las opciones apostólicas de la Congregación tomaron otro rumbo. Las Religiosas deciden, pues, dejar esta obra evangelizadora y social que tanto bien había hecho desde su inicio para dedicarse a otras tareas.

Por eso el 15 de agosto de 1982 se entrega la casa de “Mater Admirabilis” con la totalidad de sus instalaciones a la Arquidiócesis de Buenos Aires.

1982 - 1992

El 15 de septiembre de 1984 se erige la Parroquia Madre Admirable (con el nombre en castellano y no en latín), con territorio desmembrado de la vecina Parroquia del Socorro. Se acondiciona parte del edificio para la Casa Parroquial.

A raíz de los destrozos causados en el atentado del 17 de marzo de 1992, dirigido contra la Embajada de Israel, la fisonomía y el uso de este solar cambia mucho:
1.- el Pensionado de ancianas, destruido casi íntegramente por la explosión, debe ser demolido y ya no se reconstruye para ese uso
sino que se destina el edificio para salones parroquiales, renovándolo totalmente.
2.- La Casa Parroquial, también destruida, se reconstruye en otro sector del edificio que queda en pie.
3.- El Colegio Parroquial sufre daños severos pero conserva su uso y estructura.
4.- El Templo, pierde todos sus vitrales franceses originales, pero milagrosamente se mantiene en su totalidad y se le anexa la capilla
lateral de los confesionarios en lo que era un pasillo interno.
5.- A raíz de la demolición del Pensionado se concibe un amplio atrio que brinda al Templo y al Colegio un nuevo y espacioso
acceso.

(Relato de la Hna. Inés Braun –que vivió en esta Casa- y otras religiosas de la Congregación)

   
  Parroquia de Madre Admirable. Arroyo 917 Ciudad Autónoma de Buenos Aires. CP.1007 (011) 4393.3887 / 0137 by ILUSIONIDEAS